domingo, 12 de junio de 2011

Reorganizando



Estoy en el punto de reorganizar mi rutina sin usted. Tal vez le parezca ridículo pensar en la idea del reacomodo, pero sólo le diré que no es algo fácil, por lo menos para mí. La gente parece que es la misma, en las paradas de buses, en las calles, en el trabajo, y fácilmente puedo caer en cuenta que mi rutina está de nuevo en orden y podría vivir algunos días bajo esa ilusión. Pero no es así, falta usted. Es engorroso, pues cada canción, cada idea que maquino o que voy hilvanando para algún cuento está plagada con su recuerdo, o es usted el combustible que empuja al germen literario, todavía en estado bruto. Este nuevo salir al mundo me deja confundido, tanto cuando voy en mi auto al trabajo o cuando llego en autobús, parece que hasta el aire sopla indescifrable y mis pulmones a duras penas logran traducirlos en respiración. Un poco melodramático, pero cierto, es tan absurdo como volver a caminar pero sin piernas.

Lo más difícil es verla, saberla compartida en mi atmosfera, en mi campo visual a veces, y ahora somos menos que desconocidos, inmersos cada uno en su mundo y sus inherentes máscaras y paredes. Este rompecabezas de su alma coincide menos cada día, y al tenerla fragmentada la dificultad para olvidarla es mayor.

Ya le escribí un poemario, y pensé dejar ahí toda la sangre que alguna vez se manchó con la suya, pensé dejar su risa o su voz en alguna página, pensé que al terminar de escribirlo tendría la paz de otorgarle el derecho para largarse de mi memoria; contrario a esto, parece que su recuerdo florece como una rabiosa flor de fuego, que me muerde en los instantes que la cólera no justifica sus manos en mi pensamiento.

Seguiré en proceso de reorganizar mi rutina, no quiero caer en la ilusión de que todo está bien y de súbito usted vuelva a mi cabeza vestida de espinas y cuchillos para herirme los ojos en lágrimas, quizás en este reacomodo pueda pensar también que usted ha sido una ilusión también, un ser creado por mí mismo, un sentimiento que tomó forma corpórea de algún poema o cuento que jamás supe terminar.

sábado, 14 de mayo de 2011

Piedad Bonnett: Poesía con sello colombiano

Su último galardón ha sido el XI Premio Casa de América de Poesía Americana desde Granada. Que ella sea acreedora de este premio no debe sorprendernos a quienes conocemos un poco su bagaje literario y hemos percibido el acervo de calidad que lo respalda. Nace en Amalfi (Antioquia) en 1951 y luego se traslada a Bogotá a la edad de 8 años. Su obra literaria abarca desde poesía hasta novelas y teatro habiendo obtenido otros importantes galardones tales como el Premio Nacional de Poesía Colcultura en 1994 por su libro Nadie en Casa.

En nuestra entrada de poesía, hemos incluido a Piedad Bonnett como uno de los referentes necesarios para comprender el espectro poético hispanoamericano, y no dudo que sus poemas nos arranquen un poco de sangre de las páginas de nuestros dedos. Publicamos dos poemas de la autora y el enlace a su página oficial donde podrá encontrar biografía más detallada y una pequeña selección de poesía.

Armonía

Oye cómo se aman los tigres
y se llena la selva con sus hondos jadeos
y se rompe la noche con sus fieros relámpagos.
Mira cómo giran los astros en la eterna
danza de la armonía y su silencio
se puebla de susurros vegetales.
Huele la espesa miel que destilan los árboles,
la leche oscura que sus hojas exudan.
El universo entero se trenza y destrenza
en infinitas cópulas secretas.
Sabias geometrías entrelazan las formas
de dulces caracoles y de ingratas serpientes.
En el mar hay un canto de sirenas.
Toca mi piel,
temblorosa de ti y expuesta a las espinas,
antes que el ritmo de mi sangre calle,
antes de que regrese al agua y a la tierra.


"Círculo y Ceniza"

Canción

Nunca fue tan hermosa la mentira
como en tu boca, en medio
de pequeñas verdades banales
que eran todo
tu mundo que yo amaba,
mentira desprendida
sin afanes, cayendo
como lluvia
sobre la oscura tierra desolada.
Nunca tan dulce fue la mentirosa
palabra enamorada apenas dicha,
ni tan altos los sueños
ni tan fiero
el fuego esplendoroso que sembrara.
Nunca, tampoco,
tanto dolor se amotinó de golpe,
ni tan herida estuvo la esperanza.

"Círculo y Ceniza"


La web de la autora es  http://www.piedadbonnett.com/