lunes, 24 de enero de 2011

El Fiasco de los videojuegos adaptados al cine

La era de los efectos especiales en el celuloide comenzó a partir del año 2000 para las películas de superhéroes basados en comics. Antes de dicha época, habíamos tenidos vistos fugaces de buenos efectos en películas como Spawn (1997), basado en el personaje creado por Tod McFarlane de Image comics, filme que para muchos se convirtió en decepción a causa del pésimo guión y el casting nefasto a excepción de Martin Sheen y Michael Jai White.

Tanto Marvel Comics como D.C. Comics han tenido apertura positiva en la pantalla grande con filmes como X-Men, Iron Man y las aclamadas de mr. Nolan, Batman Begins y su secuela que nos demostraron que las películas basadas en comics no sólo aportaban calidad de efectos especiales sino un excelente guión y actuaciones magistrales como la del fallecido Ledger en su papel del Joker. Se avecinan filmes como Thor, The Avengers, Silver Surfer, personajes que años atrás hubiese sido imposible llevarlos al cine con el suficiente poder de crear una franquicia rentable y cultivadora de adeptos, y de haber sido llevados, se habrían convertido en certeros fracasos como Captain America y Fantastic Four en la versión fílmica de inicios de los 90´s.

Para los comics, el panorama es sobrecogedor y promisorio, pero las adaptaciones de juegos de video no han corrido con la misma suerte. Y vamos a comenzar allá por el 94, cuando a muchos de los video fanáticos de Street Figther (1994) nos dejaron decepcionados con su adaptación al cine con los protagonistas Raúl Julia en el rol de M. Bison y Jean Claude Van Damme en el descabellado rol de Guile. Al parecer no había cosa más rídicula que un Guile supuestamente 100% estadounidense y rubio en las carnes del moreno, pequeño y europeo Van Damme. Y qué decir del otro reparto, E. Honda que parecía más hawaiano que otra cosa; una Cammy interpretada por una cantante pop, en fin, mucho desperdicio de malos diálogos, pésimo casting e historia aberrante hicieron el material radiactivo para el mal gusto del público.

Bueno, la pesadilla había comenzado antes con un intento más nefasto aún de llevar al cine un juego de video legendario  por antonomasia. Sí, Mario Bros (1993) y el maligno casting con trucos baratos llegaron a darnos una patada justo al buen gusto. Lástima que actores de la talla de Dennis Hopper y Bob Hoskins se hayan prestado para semejante fiasco. Roger Waters, Pink Floyd en general, por favor perdonen a Hoskins por el deplorable derroche de mal gusto, ya estuvo mejor en Roger Rabbit. Ah, ni hablar del Luigi puertorriqueño de John Leguizamo, haciéndose pasar por italiano.


Y siguió la mala racha con films como Double Dragon, y luego, lo único salvable que nos llegó fue Mortal Kombat, que pese a carecer de efectos especiales deslumbrantes, los creadores se esmeraron por emular en el casting la identidad física del juego de video.

Ya en el siglo XXI el panorama nos dio un respiro fuera del agua: Resident Evil, y pese a uno que otro error técnico la trama de las películas se ha mantenido lo suficientemente apegada a la esencia del videojuego que le permitió volverse una rentable franquicia, claro, Milla Jovovich ayudó de sobremanera interpretando a Alice. Luego tuvimos la medianamente buena Tomb Raider con una Angelina Jolie sugestiva y frenética que suavizó el entorno exagerado del guión. Siempre en la línea de Eidos Interactive nos llegó Hitman, excelente film cargado de acción y sensualidad junto al vomitar de balas del agente 47. Silent Hill nos aterrorizó con su atmósfera lúgubre, Pyramid Head y Alessa en la actuación de la simpática Jordelle Ferland que nos robó el corazón con su tenebrosa actuación, y pese a que la película recibió malas críticas en relación a la falta de claridad de la historia, a muchos de los fanáticos del videojuego nos dejó medianamente satisfechos.

Sin embargo, nos hundimos en lodo de nuevo, Street Figther, Legend of Chun-Li (2009) nos trajo otro argumento malo pese a las excelentes peleas que presenciamos, Bison tenía el aspecto de un malhumorado abogado, Balrog sin pelo y con el tamaño de King Kong y para rematar un Vega que para nada tenía rasgos de español con la interpretación de Taboo de los Black Eyes Peas ¿En qué estaban pensando o qué habían fumado los creadores del filme?

Y la última patada directo a las pelotas: The King of Figthers (2010), que nos trae una nefasta amalgama de pésimos efectos, horrible y disímil casting y guión que nos hace vomitar. Ray Park en el papel de Rugal, ¡Por Dios! Si ni siquiera le quedó bien el papel del sapo en los X-Men! Una Mai que nos quita el atractivo frontal, un Terry Bogard que parece rondar por los cuarenta años y vestido con un chaleco rojo maltrecho como cargador de puerto pesquero… en fin, una película para vomitar y sacarnos lágrimas a todos aquellos que crecimos y vivimos todavía jugando The King of Figthers en las consolas o en la PC. Suerte que no se osaron en presentar a otros personajes entrañables como Robert García o Benimaru.
Por lo menos la adaptación de Tekken (2010) no fue tan desastrosa, aquí se dignaron colocar una trama sencilla y  actores parecidos a los personajes del videojuego, y claro, Tekken nos levanta el fuego con las electrizantes peleas y derroche de arte marcial al estilo de las antiguas películas de acción; una muy salvable película que pudo ser disfrutada y que no fue otro insulto al espíritu de los videojuegos que tanto nos han entretenido.

Está claro que el panorama no se pinta nada bien para las adaptaciones de videojuegos, por muy famosos o por muy conocidos que sean, siempre tendrán el riesgo enorme de caer en manos de monos de circo que arruinen por completo la historia y lleven a la pantalla un producto caducado y de mal gusto que insulte el legado de estos juegos. Esperamos que se tomen cartas en el asunto y que mejores directores, guionistas y productores se esmeren en poner atención a estas adaptaciones, y que ojalá podamos tener pronto una buenísima película de… quien quita, tal vez es demasiado pedir, una película de Samurai Shodown,  ¿Qué tal eso?


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